My Photo
Name:
Location: Santa Rosa, La Pampa, Argentina

Thursday, October 16, 2008

Una violación en la escuela



Durante las últimas semanas, los medios de comunicación informaron, con profusión de detalles, sobre el escabroso caso de una niña residente en el Gran Buenos Aires, a quien un taxista, ofreciéndose a llevarla a su casa, la condujo a un descampado, la violó, la roció con combustible, le prendió fuego, y la abandonó a su suerte. La niña sobrevivió milagrosamente, aunque el aberrante crimen del que fuera víctima la marcará de por vida. Se trata de uno más entre múltiples casos de violación de niñas y adolescentes, sobre los que se informa a diario en los noticieros televisivos y radiales, y en los medios escritos. Para no hablar de los casos de abuso contra niños varones, que involucran a prominentes sacerdotes, psicólogos y docentes, y de los que también nos enteramos en la mesa familiar del mediodía.
Esa realidad social, de la que los adolescentes están ampliamente informados, aparentemente no puede ingresar a la escuela pública. Un burdo acto de censura perpetrado contra el libro "Un viejo perdido" del escritor pampeano Daniel Pellegrino, así lo atestiguaría. Aparentemente, el criterio sería que ocultar la realidad de la violencia sexual sería una forma de proteger a los jóvenes contra ella.
No hace falta enfatizar que tal criterio se refuta a sí mismo. El ocultamiento de una realidad nunca la hará desaparecer, sólo la hará más peligrosa, y para algunas personas, más atractiva. Quienes se sienten incapaces de lidiar con tales temas, sencillamente no deberían dedicarse a la docencia.
Llama la atención también la autoconfesada incapacidad para tratar en su debido contexto a un corpus literario, donde ningún párrafo puede ser analizado en forma aislada, y donde la convención planteada por la ficción, hace girar el tono del análisis. Un texto literario es bueno o malo, gusta o no. Plantear, como se pretende, la "necesidad" o no de incluir tal descripción o tal vocablo, sencillamente es ejercer de censor. En este caso, la obra literaria en cuestión aborda, con un estilo narrativo moderno y cuidado, la realidad social de un pequeño pueblo pampeano, la pobreza y la alienación de sus habitantes. La escena del escándalo no es más que un breve episodio dentro de ese contexto.
Resulta pertinente señalar que el criterio censor aquí comentado, conduciría a la prohibición de buena parte de los textos clásicos de la literatura universal. Sin ir más lejos, un estudio reciente publicado en esta ciudad, da cuenta del profuso tratamiento del sadismo sexual en la obra de Julio Cortázar, autor que no por casualidad fuera prohibido durante la última dictadura militar.
Como siempre ocurre en estos casos, el efecto causado por la censura ha sido el opuesto al deseado: la prohibición ha hecho llamar la atención del público sobre una obra literaria -de excelente factura, por cierto- que de otro modo hubiera languidecido entre un grupo de lectores más o menos reducido. Pellegrino integra una generación de jóvenes narradores pampeanos, que tienen escaso acceso a la publicación, y que aún de obtenerla, tienen serias dificultades para llegar al lector. Precisamente el proyecto en cuyo marco llegó su libro a las escuelas, se propone poner en contacto a los escritores y su obra con los alumnos.
Y es que la censura, en cualquiera de sus formas, no sólo es un atentado contra la constitución y la ley. También es, básicamente, un acto de estupidez.

Labels: , ,

1 Comments:

Blogger Caro Di Nardo said...

Tu texto refleja lo que muchos pensamos. Gracias por escribirlo. Lo leí primero en La Arena. Lamentablemente no tenía tu firma.
Te mando un abrazo.
Una vecina.

6:16 AM  

Post a Comment

<< Home