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Location: Santa Rosa, La Pampa, Argentina

Wednesday, August 16, 2006

The Russians are Coming...!


Como en las más aterradoras películas de Hitchcock, el seco invierno pampeano ha instalado entre nosotros la pesadilla tan temida. Los cardos rusos han vuelto y-entiéndanlo- no tienen intenciones de dejarnos.

Naturalmente, no es un fenómeno nuevo, ya que los viejos memoriosos recuerdan otras invasiones anteriores. Y nunca desaparecieron del todo, como lo saben quienes andan por el campo travieso con alguna frecuencia. Pero lo de este invierno es realmente preocupante. Porque la conducta de estos nuevos cardos rusos sugiere claramente la presencia de una vida inteligente, al menos si se la compara, por ejemplo, con el centro cívico.

Salvo algún caso aislado (el clásico cardo ruso que se interna en la ciudad, agazapado al chasis de alguna camioneta 4x4, al mejor estilo ninja), la invasión en curso se caracteriza por la disciplina colectiva de los cardos asesinos. Los días de viento, conducen planificadas agresiones contra los automóviles que se adentran en su territorio. El resto del tiempo, permanecen agazapados contra los alambrados de la avenida Alfredo Palacios, a la que suelen bloquear, en mudo piquete.

Conociendo el poder combustible de esta especie vegetal, uno tiembla de sólo pensar qué ocurriría si decidieran autoinmolarse como bonzos, allí, pegados a los alambrados pampeanos que representan el fin de los gauchos y los indios, y la entrada del capitalismo apropiador en el paisaje pampeano. El fuego resultante, un laberinto de cuadrículas infernales, seguramente sería visible desde el espacio exterior, y a no dudarlo desconcertaría a los astrónomos que nos observan desde allí.

Como en las películas de miedo, lo más terrorífico es no saber. En este caso, no sabemos qué pretenden los invasores, que por el momento se limitan al terrorismo en baja escala. Todavía es dudoso que el objetivo a corto plazo sea exterminarnos, como a David Vincent.

Hay quienes especulan que el movimiento nace como un rechazo de la sabia naturaleza contra la pavimentación y la acelerada urbanización de esa avenida -tradicional y bucólico camino rural-, con la consiguiente especulación inmobiliaria que la ha acompañado.

Los hay que atribuyen la pueblada a la desocupación reinante entre los cardos rusos desde que la industria de las películas del oeste ha decaído tan notoriamente.

Acaso sea un movimiento antidiscriminación, ya que el mote "ruso", además de denotar xenofobia, suele emplearse en un contexto ominoso (ver, sino, "montaña rusa" o "ruleta rusa").

Lo innegable es que están aquí, y es al ñudo negarlo. Todo comenzó en un merendero solitario y abandonado, con un hombre tan cansado que no podía seguir el viaje. Ahora debemos convencer a un mundo incrédulo de que la pesadilla ha comenzado.

(Imagen del cardo ruso hairstyle, cortesía de instruct.uwo.ca)

2 Comments:

Blogger Alberto J. Acosta said...

Excelente. En su irónico arremeter, el articulejo supera su propio planteo y "carducea" en las espinas probables del lector. Pero vos me vas a disculpar.... El cardo ruso sólo me remite a las sequías de mi infancia en Pico, a los gloriosos 24 y 29 de junio; laburábamos como guachos para juntar enormes parvas, en los días previos; a la noche, nos turnábamos hasta tarde, hasta cuando los viejos nos sacaban cagando pa las casas: preveníamos el artero incendio anticipado de lejanísimos grupos "enemigos" (¿tres, cuatro cuadras?).
Aldo Reda (too lazy to blog himself)

8:17 AM  
Blogger Alberto J. Acosta said...

Raúl Fernandez, también vago para bloggear, dice:

Buen informe, amigo. Me traen la nostalgia de cuando la Pampa era Pampa, vendrán años de ,mucha sequia, eso es lo que traen los cardos globo. Volveremos a quemarlos en San Juan y San Pedro, como lo hacía mi padre de esa costumbre ancestral que trajo de León. Digamos que la Pampa es esto, tiene como personalidad.

Abrazo.

Raúl

4:18 PM  

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